¿Sabías que la ricotta no es queso? ¡Entienda más sobre esta fuente de proteína!

¿Sabías que la ricotta, un producto lácteo muy utilizado en las más diversas preparaciones de platos dietéticos, no es exactamente un queso? Aunque comúnmente vinculamos este alimento a un tipo de queso blanco, no se puede considerar, gracias a su proceso de elaboración. ¡Conoce más sobre esta curiosa lechería!

Nacida en Italia, la ricotta es un subproducto de la elaboración de queso como el provolone. Es un alimento muy nutritivo y bajo en calorías, la ración diaria recomendada de 30 g (que equivale a dos trozos pequeños) es de tan solo 52 kcal aproximadamente. Debido a que está elaborado con suero de leche, es una excelente fuente de proteínas y tiene mucha menos grasa que los "quesos reales": su composición es de 50% de grasa y la versión ligera solo tiene un 10%.

“La ricotta es un derivado del queso, pero con un bajo contenido en grasas. Se prepara con el suero del queso, y normalmente los quesos se preparan con el cuajo del queso”, explica la nutricionista Liliam Francisco.

Beneficios para la salud de ricotta

Ya sea queso o no, la ricotta es un alimento muy completo e interesante para integrar las más variadas dietas. Los lácteos son perfectos para quienes buscan un equilibrio saludable, sobre todo por su reducida cantidad de sodio, un mineral que en exceso provoca hinchazón por retención de líquidos y aumenta la presión arterial. Uno de sus mayores beneficios es la gran cantidad de calcio, que fortalece los dientes y los huesos previniendo la osteoporosis, además de ayudar a acelerar el proceso de obtención de masa muscular magra.

Además del calcio, la ricota también es fuente de vitaminas A, B, D y E, y de otros minerales como zinc, yodo, selenio, potasio y fósforo, todos importantes para que el organismo realice sus funciones con equilibrio y eficiencia.

De los componentes que se pueden encontrar en la ricota, sin duda son las proteínas las que se encuentran en mayor concentración. El macronutriente es fundamental para el buen funcionamiento de nuestro organismo, ya que no produce todos los aminoácidos (formadores de proteínas) por sí solo. La cantidad de proteína que necesitamos diariamente varía según el nivel de actividad física que hagamos y el peso corporal, pero generalmente debemos ingerir al menos 0,8 g por cada 1 kg de peso corporal. Para tener una idea de la considerable cantidad de nutrientes que se encuentran en la ricota, una porción de media taza de ricotta entera tiene aproximadamente 14,1 g de proteína, lo que equivale a casi un tercio de la cuota diaria para un adulto de 60 kg.

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