Higiene de las hojas: 5 pasos para una ensalada sin impurezas

Imprescindible en nuestras ensaladas del día a día, la diversidad de texturas, tamaños, colores y sabores de las verduras es inmensa. Esto también se aplica a las posibilidades de preparación y formas de presentación de las hojas. Su consumo diario es de suma importancia para el organismo, ya que son fuente de varios nutrientes, aportando muchos beneficios para la salud.

Sin embargo, es necesario saber manejar estos alimentos. Mueren rápidamente y tienen una vida poscosecha muy corta. Es común que durante la cosecha, manipulación, transporte y comercialización, las hortalizas sufran daños, llegando al consumidor con pérdida de cantidad y calidad. Antes de comprar, seleccione las hojas con cuidado, es necesario prepararlas para guardarlas en el refrigerador. Así garantizas un mayor uso, sabor y nutrientes.

5 pasos para preparar las hojas

1. Elección de sábanas:

Según la nutricionista Denise Cussioli, la preferencia debe ser por las hojas "vivas, robustas y resistentes a las manos". Se deben evitar las verduras con hojas amarillas o pequeños agujeros ya que pueden indicar la proliferación de algún tipo de larva. “Las hojas con aspecto quemado indican que estuvieron mucho tiempo en una cámara fría, lo que representa una reducción de su vida útil en el frigorífico de la casa”, dice la nutricionista.

Si el consumidor prefiere comprar las verduras de forma mínimamente procesada, es decir, ya desinfectadas y envasadas, siempre se debe comprobar la fecha de caducidad. En tales casos también es ideal evitar comprar si tienen un líquido amarillento en el fondo del paquete y si las hojas están apagadas, con manchas oscuras en los bordes y si no están refrigeradas.

2. Conservación:

Cada verdura tiene su punto de tolerancia al frío y la humedad, pero es ideal mantener estos productos en ambientes húmedos, sin agua, con la temperatura ideal de 10 ° C, ya que el clima muy bajo quema las hojas.

En el frigorífico, el lugar adecuado para guardarlas es en el interior del cajón de verduras de la parte inferior, evitando que el frío intenso estropee las hojas. Según Denise, la conservación fuera de la refrigeración también se puede llevar a cabo durante un máximo de un día, dependiendo de las condiciones climáticas externas. Para ello, basta con colocar las verduras de hoja con la parte inferior en un bol con agua, cambiando el agua cada seis horas, hasta su consumo.

"Para aumentar el tiempo de conservación de las verduras de hoja, aquí hay un consejo: en un recipiente de plástico grande, forre el fondo con una toalla de papel del tamaño del recipiente, coloque una capa de hojas limpias, lavadas y bien secas, y cubra con un nueva hoja de toallas de papel y luego alternarlas, hasta terminar con toallas de papel y cubrirlas. Almacenar el recipiente en la parte superior del cajón del frigorífico, garantizando así una mayor vida útil para el consumo. Sin embargo, las hojas solo deben ser Lavados y bien secados. La higienización con acción química debe realizarse solo antes del consumo, porque si se mantienen las hojas ya lavadas y higienizadas, esto acelerará el proceso de deterioro resultante de la acción química ”, enseña la nutricionista.

3. Higiene:

En el proceso de higiene se debe retirar hoja a hoja de la verdura, eliminando las arrugas, marchitas o estriadas, lavando hoja a hoja con agua corriente. Utilice un recipiente con agua y el desinfectante, el nutricionista indica el hipoclorito de sodio en una solución con agua. "Por cada litro de agua use una cucharada de hipoclorito de sodio (2.5%). Después de eso, simplemente sumerja las hojas y coloque un plato encima para que todos queden sumergidos en la solución durante al menos 15 minutos. Quitar de la solución, lavar hoja a hoja con agua corriente, secarlas bien (con papel toalla o centrifugar), para que estén listas para el consumo ". Es importante destacar que el producto solo debe lavarse cuando esté listo para su consumo.

4. Preparación:

Todas las verduras de hoja deben manipularse lo menos posible, se debe tener cuidado de no causar lesiones y de eliminar la cera natural de las hojas, que protege contra la pérdida de agua. Tampoco se recomienda cortar las hojas con un cuchillo, ya que puede provocar la pérdida de nutrientes. Lo mejor es consumir las hojas enteras o cortarlas con las manos, "rasgadas".

5. Consumir:

Finalmente, lo que queda por hacer es disfrutar de la ensalada, aprovechando todos sus nutrientes y sabores. Invierte en mezclas con tubérculos como zanahorias, remolachas, nabos, rábanos, brotes y verduras.

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