¿Has oído hablar de Slow Food? Entender que es el movimiento de la 'comida lenta'

¿Has oído hablar de Slow Food? Este movimiento, que se puede traducir como "comida lenta", fue fundado por el periodista italiano Carlo Petrini y ha ido ganando cada vez más adeptos en el mundo. Todo comenzó en la década de 1980, cuando Petrini inició una campaña contra una cadena de comida rápida y abrió su restaurante en Roma, la capital de Italia. Hoy se sabe que es muy importante comer sano, pero en su momento no se tomaba tan en serio. Su idea era protestar contra esos alimentos estandarizados y generalmente bajos en nutrientes. Pero Slow Food no solo está interesado en el consumo orgánico, y su propuesta va más allá.

Comer debe ser algo realmente placentero

La idea principal es que se valore al productor rural, así como los alimentos que produce. Carlo Petrini cree que hoy en día gran parte del mundo está involucrado de alguna manera con el sector alimentario, y por eso la alimentación debe tomarse en serio. Por lo tanto, el simple hecho de usar estos alimentos para hacer platos que causan más daño que bien al cuerpo es casi un desperdicio.

Slow Food tiene este nombre porque valora que los alimentos no se consuman ni se preparen con prisa. Es necesario encontrar placer en el contacto con la comida y disfrutar de lo mejor que tiene para ofrecer. "En más de dos décadas de historia, el movimiento se ha expandido para incluir un enfoque integral de la comida, que reconoce la fuerte conexión entre plato, planeta, persona, política y cultura", dice el sitio web oficial del movimiento.

Agradable, limpio y justo

El movimiento se basa principalmente en tres principios, conocidos como bueno, limpio y justo. Lo bueno está relacionado con la calidad de la comida, que también debe ser sabrosa y saludable. Limpiar no se trata solo de lavarse las manos antes de preparar la comida o ingerirla, su idea es mucho más amplia: una producción que no cause daños al medio ambiente. Por último tenemos la feria, que no es más que no cobrar un valor exacerbado por el producto, justo lo que realmente vale. La idea es que los precios sean asequibles para los consumidores, pero al mismo tiempo justos para pagar a los productores por su trabajo en el campo.

La gastronomía sostenible es fundamental en Slow Food

Los principios buenos, limpios y justos solo demuestran que Slow Food es un partidario de la gastronomía sostenible. Al fin y al cabo, la idea es que el consumidor comprenda la importante función de los alimentos en la sociedad y busque al máximo no desperdiciarlos, además de buscar formas de producción más saludables. No es casualidad que los productos orgánicos, que no utilizan activos químicos en los alimentos, ya sean pesticidas o colorantes artificiales, sean muy valorados por Slow Food.

Socializar también es importante

Otro punto importante de Slow Food es que valora la socialización, que sería algo que se haría a través de "comunidades alimentarias". La idea es que las personas interactúen compartiendo experiencias a través del placer de comer. Esto incluye ir a congresos o festivales y participar en proyectos educativos sobre el tema. De hecho, se fomenta el contacto entre productor y consumidor, ya que ambas partes pueden ser adeptas a este movimiento. Y es precisamente porque tiene la capacidad de acercar a las personas que Slow Food se ha extendido por el mundo y ahora está presente en proyectos en más de 160 países, uniendo a millones de personas que valoran el bienestar alimentario.

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