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Es posible que hayas visto la práctica del Kung Fu en algunas películas de Hollywood, generalmente protagonizadas por actores ilustres, como Jackie Chan y Jet Li. Salvo que este arte marcial va mucho más allá de las pantallas de cine. Representa toda la filosofía y la historia de China, aportando muchos aprendizajes sobre una cultura muy rica. Entonces, si estás buscando una pelea diferente, una que sea buena tanto para el cuerpo como para la mente, ¡has venido al lugar correcto! Enumeramos varios beneficios para la salud de este antiguo arte marcial. ¡Revisa!
El Kung Fu se basa en la disciplina y la autodefensa.
Al contrario de lo que mucha gente piensa, las artes marciales no se utilizan para promover la violencia. Todo lo contrario: la idea es crear disciplina, concentración y también desarrollar técnicas de autodefensa que pueden ser de gran utilidad. El Kung Fu, en particular, está formado por estilos de lucha que se inspiran en los movimientos de los animales: dragón, mono, garza, mantis y varios otros, cada uno con golpes y técnicas específicas.
Mejora el equilibrio, la concentración y la elasticidad del cuerpo
Para aquellos que necesitan mejorar el equilibrio de su cuerpo, el Kung Fu puede ser un excelente deporte. Eso es porque funciona muy bien con el movimiento de las piernas (con patadas precisas), brazos y articulaciones. Además, la concentración es uno de los puntos que más desarrollarás con esta lucha, ya que es necesario tener precisión en golpes y movimientos. Otro beneficio que aporta la práctica es el fortalecimiento de los músculos y la elasticidad del cuerpo. Esto se debe a que las clases de Kung Fu también se componen de ejercicios de estiramiento y respiración.
El Kung Fu es una actividad para todas las edades
Existe el imaginario de que el Kung Fu requiere mucho esfuerzo (tanto físico como mental) y, por tanto, está indicado solo para gente joven o con buena condición física. ¡Solo que este es uno de los mayores errores en relación con el arte marcial! Esta lucha puede, eso sí, ser practicada por personas de todas las edades, con diferentes condicionamientos.
De hecho, uno de los beneficios del Kung Fu es, precisamente, la recuperación de la buena forma. Entonces, si quieres recuperar el tiempo perdido, practica esta pelea al menos dos veces por semana; de esta manera, trabajarás en el lado físico (golpes, movimientos y respiración) y también en el lado emocional. Solo un pequeño detalle: si no haces ejercicio durante mucho tiempo, lo ideal es empezar poco a poco. Habla con tu profesor de Kung Fu para comenzar la pelea a un ritmo más ligero y, con el tiempo, ¡puedes apostar a que la práctica será cada vez más fácil!
El arte marcial también aporta más tranquilidad y equilibrio emocional.
Cuando pensamos en el equilibrio (ya sea corporal o emocional), no podemos dejar de hablar del Yin Yang: un principio de la filosofía china que representa dos fuerzas opuestas en equilibrio. Este concepto, que también hace referencia a un estilo de vida equilibrado, está muy presente en la rutina de quienes practican Kung Fu. Y es precisamente esta parte más filosófica del arte marcial la que ayuda a traer serenidad y confianza en uno mismo, ¿sabes? Además de practicar golpes (puñetazos, patadas y otros movimientos), también podrás ejercitar tu respiración y buscar el autoconocimiento a través de la lucha.
