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Hay dos conceptos fundamentales para definir si un alimento es orgánico: la relación de confianza entre productor y consumidor y el control de calidad. Por tanto, la premisa básica es no utilizar pesticidas en los procesos, ni fertilizantes químicos ni ninguna sustancia sintética que dañe el medio ambiente o interfiera con el crecimiento natural de los alimentos.
Trabajar con agricultura orgánica no significa simplemente dejar de usar pesticidas y fertilizantes químicos en las plantaciones. Para ser considerado orgánico, el proceso de producción debe enfatizar principalmente el uso responsable del suelo, agua, aire y otros recursos naturales, respetando las relaciones sociales y culturales. Actualmente, Brasil ocupa una posición destacada en la producción mundial de orgánicos, estando entre los cinco países con mayor superficie en producción orgánica, alrededor de 1,7 millones de hectáreas.
Sitios orgánicos
Un sitio orgánico perfecto consiste en un ecosistema donde interactúan animales, plantas nativas y cultivadas, microorganismos y seres humanos, interviniendo lo menos posible y priorizando siempre los procesos naturales. La idea es que la producción orgánica busca principalmente la sustentabilidad; única oportunidad para que las generaciones futuras de agricultores puedan producir y desarrollarse, y para que los consumidores puedan comer de manera saludable.
Algunas razones para consumir productos orgánicos
Protege la salud:
Mantenerse alejado de residuos de aditivos químicos, pesticidas, hormonas de crecimiento, antibióticos que permanecen en los alimentos durante mucho tiempo evita una serie de dolencias, como reacciones alérgicas, problemas respiratorios, neurológicos, trastornos hormonales (en hombres y mujeres), cánceres y alteraciones de la fertilidad (reducción del número de espermatozoides).
Los orgánicos son más nutritivos:
Si bien aún no existe un consenso en opinión de los científicos sobre el tema, es cierto que los suelos más ricos equilibrados con fertilizantes naturales producen alimentos con mayores concentraciones de nutrientes y fitoquímicos antioxidantes, como polifenoles y carotenoides.
Aroma y sabor más intensos:
Un alimento sin pesticidas ni ningún tipo de producto químico, tiene más sabor y aroma que los producidos a gran escala. Las verduras y frutas orgánicas crecen con el tiempo, más lentamente y tienden a ser más pequeñas.
Certificado:
Todos los productos orgánicos disponibles en el mercado están certificados por fuentes confiables. Los productos vendidos en mercados, supermercados, tiendas, deben estampar el sello federal de SisOrg (acreditado por el Ministerio de Agricultura) en sus etiquetas, ya sean nacionales o extranjeras. Si el producto se vende a granel deberá estar correctamente identificado, mediante cartel, etiqueta u otro medio.
Compromiso con las generaciones futuras:
Los pesticidas dejan un legado muy peligroso en el aire, el suelo y el agua. Los desechos químicos han contaminado el medio ambiente durante décadas. La agricultura orgánica condena y excluye el uso de fertilizantes sintéticos o cualquier producto químico, y se compromete a preservar los recursos naturales.
Prioriza la biodiversidad:
Hacer hincapié en el equilibrio de la naturaleza genera ecosistemas saludables, capaces de producir alimentos saludables. Otro punto importante es respetar la naturaleza de los animales, proporcionando bienestar a las creaciones a través del medio ambiente, la alimentación y los tratamientos adecuados.
Apoyo a los pequeños agricultores:
Generalmente, la producción orgánica proviene de pequeños núcleos familiares que tienen el desafío de mantenerse activos dentro de un modelo tecnológico y social que impone el uso de insumos de alto costo. Quienes consumen orgánicos están contribuyendo al desarrollo de la agricultura familiar, que hoy representa el 70% de la producción alimentaria del país.
Fuente / sitio: //www.portalorganico.com.br/
