Comprender las diferencias entre perder peso y perder peso.

Todo el que empieza una dieta y quiere comprobar los resultados conseguidos corre a la báscula esperando ver disminuir la mano, ¿no? La buena noticia es que, aunque las cifras no han cambiado después de algún tiempo de ejercicio y reeducación dietética, es posible que se haya producido una pérdida de peso. ¿Me gusta? La respuesta tiene que ver con las diferencias entre perder peso y realmente perder peso.

Es posible adelgazar sin perder peso, ya que los músculos son más densos y compactos que la grasa. Por ejemplo, un kilo de grasa ocupa más espacio en nuestro cuerpo que un kilo de músculos. "Bajar de peso sería perder grasa corporal y ganar masa muscular, pero esto no registra el equilibrio", explica el nutricionista funcional especializado en deportes, Duane Braga. "Perder peso correctamente es perder la menor cantidad de masa magra posible", añade.

En cuanto al educador físico y entrenador personal, William de Souza, lo ideal es que se realice una evaluación física con un profesional capacitado para verificar el porcentaje de grasa y el estado físico, antes de preocuparse de que el peso haya aumentado al iniciar una actividad. . Por eso, más que simplemente comprobar los punteros de la balanza, lo ideal es centrarse en ganar masa muscular, reduciendo medidas y formas de acelerar el metabolismo.

¡Entiende tu metabolismo!

La reeducación dietética, combinada con el ejercicio físico, son realmente las mejores formas de perder peso de forma eficaz. Juntos, aceleran la transformación de las calorías de los alimentos en la energía necesaria para realizar las tareas del cuerpo (como respirar, bombear oxígeno a los músculos, etc.), lo que permite quemar grasa. "Cuanto más músculo, más trabajo corporal, más grasa se quema y más rápido es el metabolismo", explica William.

Si tu objetivo es adelgazar o ganar masa magra, ¿qué tal poner en práctica algunos de estos consejos para acelerar tu metabolismo? Consulte siempre a un profesional para su evaluación y orientación, antes de iniciar una actividad física.

Haz algún tipo de musculación: La práctica de musculación genera una alta quema de calorías y un aumento de tejido muscular que trabaja para quemar energía, acelerando el metabolismo.

Bebe agua fría: además de transportar vitaminas y minerales, el agua acelera un poco más el metabolismo, ya que el cuerpo trabaja para mantenerla a temperatura normal.

Consume más proteínas: los alimentos ricos en proteínas, como la carne, la leche y los huevos, son más difíciles de digerir que los carbohidratos y las grasas. Por esta razón, la digestión de proteínas consume más calorías y aumenta el metabolismo.

Desayune y no se quede mucho tiempo sin comer: Saltarse las comidas hace que el cuerpo "ahorre" energía, actitud que dificulta la pérdida de grasa. Fraccionar las comidas, además de hacer que el organismo trabaje más, evita comer en exceso.

Controla el estrés y la ansiedad: el estrés hace que el cuerpo segregue niveles elevados de cortisol, una hormona que contribuye a la acumulación de grasa abdominal y aumenta el hambre.

Duerme bien: Dormir poco descontrola la producción de cortisol, una hormona que favorece la acumulación de grasa abdominal. Lo ideal es invertir de 6 a 8 horas de sueño por noche.

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