¡Consumir mariscos es sinónimo de salud! Calamar, pulpo, bogavante, cangrejos, ostras, mejillones y por supuesto, camarones ... Ummm ... ¡Abundan las deliciosas opciones para realzar nuestros menús! Además de ser sabroso y extremadamente rico en nutrientes, sumarlos a nuestra rutina alimentaria trae muchos beneficios al organismo, que redundan en bienestar y una mejor calidad de vida.
El marisco es un alimento rico en vitamina B y omega 3, ácidos grasos (o grasas buenas), esenciales para la producción de hormonas. Tienen la capacidad de absorber vitaminas liposolubles (A, D, E y K), regular y equilibrar el colesterol. “La frecuencia de consumo de estos alimentos 3 veces por semana es fundamental para disfrutar de todos los beneficios”, analiza la nutricionista Priscilla Goretti.
Estudios en el área nutricional muestran que el consumo regular de mariscos también reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, contribuye a la regulación de la presión arterial, tiene una acción antiinflamatoria, provocando alivio del dolor de la artritis reumatoide y consecuentemente ayuda en el tratamiento del individuo obeso, Tiene efecto antitrombótico, y es indispensable para una buena memoria, pudiendo reducir el riesgo de desarrollo de fatiga mental, problemas cognitivos e, incluso, Alzheimer.
"El marisco es una fuente de proteínas, con aminoácidos esenciales presentes (aquellos que deben ingerirse en la dieta porque no los producimos). Tiene minerales como hierro, potasio, zinc (ayuda a la inmunidad, formación ósea, actividad neuronal, memoria y mantenimiento del olfato y del gusto, importante para los músculos, efecto antioxidante), magnesio, yodo, selenio (efecto protector frente a enfermedades cardiovasculares, cánceres artritis, cirrosis y enfisema, efecto antioxidante) y manganeso ”, explica Goretti.
Consumo de mariscos para mujeres embarazadas.
Generalmente, el consumo no está indicado para mujeres embarazadas ya que la posibilidad de adquirir una infección alimentaria es mayor durante el embarazo. Si se comen crudos, en forma de sushi, por ejemplo, o poco cocidos, pueden perjudicar el desarrollo del bebé, ya que durante la ingestión, la presencia de parásitos puede dañar e inhibir los nutrientes necesarios en el organismo. El proceso de congelación y cocción a la temperatura adecuada mata los parásitos, así que tenga cuidado.
