Solo quienes viven con niños saben lo difícil que puede ser introducir alimentos saludables en su platillo. Aun así, es fundamental que los adultos sigan todo lo que comen y busquen diferentes formas de crear hábitos equilibrados, al fin y al cabo, ¡es un aprendizaje temprano! La palabra en juego aquí no es dieta, sino educación alimentaria para que en el futuro no padezcan problemas de peso y salud.
“Lo ideal es siempre ofrecer nuevos alimentos, sin forzar y sin dar recompensas como: Si comes brócoli, te doy un juguete. Lo ideal es jugar, relacionarse con las cosas que les gustan, como: Hulk es fuerte y verde ¡porque come espinacas!. Con los niños siempre es bueno usar este discurso más ligero y divertido, sin peleas y sin mucho estrés, esto es lo que hará que comer sea más placentero ”, dice la nutricionista Paola Lisboa.
La familia es la pieza más importante en la educación alimentaria de un niño. Es necesario fomentar y promover una alimentación saludable con las costumbres que todos tenemos en casa, es decir, ¡dar ejemplo! Otro secreto es comenzar esta buena dieta cuando aún son bebés, moldeando así sus papilas gustativas para aceptar verduras y frutas. Además de proporcionar un sistema inmunológico más fuerte y un cuerpo nutrido, comer muchas verduras evitará uno de los problemas que ha sido una preocupación cada vez mayor en la infancia: la obesidad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad infantil ya afecta al 15% de los brasileños.
Vea algunos consejos que pueden ayudar con la alimentación infantil:
- Integrar a los niños en la preparación de las comidas: "Se siente incluida, participa y tiende con gusto a probar nuevos alimentos", enfatiza la Dra. Paola
- Platos coloridos: pide siempre al niño que elija cinco colores diferentes para comer, esto garantiza una gran cantidad de nutrientes y hace que el montaje del plato sea más interesante para los más pequeños.
- Llevar a los niños al mercado, presentar la comida y enseñarla - esto provoca curiosidad y anima a la hora de comer.
- ¡Siempre introduce nuevos alimentos en la mesa! Algunos padres ni siquiera presentan alimentos polémicos como la okra y la berenjena porque piensan que al niño no le gustará, pero pueden sorprenderse con la reacción de los pequeños sin prejuicios. Si no le gusta tampoco tiene por qué darse por vencido: vuelva a ofrecerlo con otra receta.
