Comida afectiva: ¡Conozca más sobre Comfort Food!

¿Conoces ese plato que pronto recuerda esa deliciosa nostalgia afectiva de las recetas de la madre o de la abuela, ya sea por el olor o el primer bocado de comida? Entonces, este delicioso momento gastronómico tiene un nombre: "Comfort Food". Sin embargo, a pesar de la sensación de bienestar que nos aportan estos platos, también es necesario tener moderación y conciencia nutricional en su consumo para poder disfrutar de los beneficios que una "escapada" de la dieta social puede generar en nuestra calidad de vida.

Podría ser el rosbif con ricotta que preparó tu abuela, el rosbif especial de tu madre o, mejor aún, los platos dulces que comiste de niño. De hecho, puede ser cualquier plato que haga referencia a algún momento notable o amado.

La chef de cocina Lara Brittes explica que el concepto de Comfort Food se aplica a alimentos sencillos, abundantes que traen un recuerdo gustativo. “Son capaces de elevar el acto fisiológico de comer a un estado de ánimo, es decir, son platos que te hacen sentir bien, no solo por la saciedad del hambre”, comenta la profesional.

Así, precisamente por ser tan reconfortantes, merecen una atención especial, ya que la posibilidad de exagerar es grande. Para la nutricionista funcional y deportiva Nicole Finoquio, el primer paso para evitar la exageración es identificar el detonante responsable, después de todo, el hambre incontrolable por comer este alimento puede tener un trasfondo emocional. Nicole explica que, al detenerse a pensar y analizar las razones de este "hambre emocional", la persona realmente podrá evitar la exageración.

"Primero, la alimentación saludable debe ser tratada como un cambio permanente en el estilo de vida y no como una obligación de seguir una dieta. Por lo tanto, debe identificar si está comiendo por 'placer' / 'satisfacción personal' o, simplemente, de hambre real ”, sugiere la nutricionista.

Reemplazos inteligentes para alimentos reconfortantes

Nicole explica que una estrategia fundamental para cambiar el estilo de vida y evitar deslizamientos es hacer sustituciones inteligentes, demostrando que no es necesario renunciar a un plato favorito en el proceso de reeducación alimentaria, solo adaptar los ingredientes. Ella da algunos ejemplos:

Feijoada: opte por una versión vegetariana, en la que se agrega tofu (soja fermentada) para reemplazar a los niños, las carnes y las salchichas. En estos casos, es interesante utilizar especias naturales y, en el caso de una feijoada tradicional, optar por consumir una pequeña cantidad de cabritos y embutidos, añadiendo siempre col a la comida (fuente de fibra y antioxidantes) y piña, ya que contiene bromelina, una enzima que ayuda a la digestión. .

Macarrones - Opte por una preparación hecha con pasta integral, sin salsas blancas y quesos amarillos, y se puede hacer con salsa de tomate casera.

Postres: reemplace el azúcar refinada con edulcorantes naturales como xilitol, o incluso azúcar morena o una pequeña cantidad de demerara. Estos tipos de azúcares conservan los nutrientes y minerales, sin pasar por el proceso de refinación.

La Dra. Nicole Finoquio actualiza información diaria sobre el mundo de la nutrición en su Instagram: @nicolefinoquio

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