¿Cuál es la diferencia entre comer, nutrir y alimentar? ¡La ciencia lo explica!

"Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa", ¿verdad? La palabra de moda popular es lógica, sin embargo, en la práctica, a menudo hay confusiones y desacuerdos. Por ejemplo: ¿conoces la diferencia entre comer, alimentar y nutrir? Para aquellos que piensan que nuestro cuerpo se aprovecha de todo lo que comemos a diario, un error. Comprender cómo funcionan los alimentos en nuestro cuerpo y qué distingue estas tres acciones.

Hay una gran diferencia entre comer y comer. Si bien el hábito de comer puede caracterizarse solo como un "suministro" del cuerpo o simplemente como un suministro de voluntad, la acción de comer se ve como una forma de tratamiento de salud para mantener el cuerpo regulado, aprovechando los componentes de cada alimento ingerido. trayendo así la tercera fase, llamada nutrición. Según la nutricionista Luana Vasconcelos, especializada en Nutrición Clínica Funcional, Deportiva y de Fitoterapia, la mayoría de las personas simplemente "mueren de hambre el estómago" y no las células, por lo que simplemente comen y no se alimentan correctamente:

"Nuestro cuerpo no está compuesto por calorías, sino células que están compuestas exclusivamente de nutrientes. Si no proporcionamos los nutrientes que necesitan para funcionar, nuestro cuerpo detendrá la función que deja de recibir dichos nutrientes (ya sea metabolismo, inmunidad, piel, cabello, uñas, hormonas ...). Por eso debemos asegurarnos de que todos los alimentos que contienen estos nutrientes sean consumidos, digeridos, absorbidos y utilizados de la forma correcta ”, destaca el profesional, presentando cuatro factores importantes a considerar en relación con la funcionalidad del alimento para asegurar la mejor nutrición:

4 pasos desde la nutrición funcional hasta la nutrición completa

1. Individualidad bioquímica: cada persona es única, tiene su propio ADN y una necesidad individualizada de nutrientes. Esta necesidad va mucho más allá de la cantidad calórica, por lo que la comida que sirve para uno puede no ser la mejor para otro. Otro factor que diferencia a las personas es la tolerancia alimentaria.

2. Deficiencias nutricionales: Tendemos a centrarnos solo en los excesos y olvidamos que sin nutrientes el organismo no funciona. Sin los nutrientes el cuerpo almacena grasa para su protección, los músculos, la piel, los huesos, las uñas, el cabello, serán usados ​​para proporcionar energía a nuestro cerebro, pero terminarán por dejar estas otras partes empobrecidas. Por lo tanto, el sistema inmunológico también cae, se vuelve más frágil y nos enfermamos más fácilmente. ¡No cuente las calorías, cuente los nutrientes!

3. Intolerancias alimentarias: Un alimento que para una persona puede considerarse un remedio natural, para otra puede ser un veneno. Esto suele suceder con alimentos proteicos, de alto peso molecular (difíciles de digerir y liberar adecuadamente todos los aminoácidos de la proteína), como lácteos, gluten, soja, cacahuetes y huevos. Con tal efecto, nuestros intestinos recibirán alimentos mal digeridos, se inflamarán y ya no nos defenderán adecuadamente de sustancias que deben desecharse, además de reducir la absorción de nutrientes y aumentar los síntomas de inflamación crónica.

4. Salud digestiva e intestinal: El proceso digestivo es fundamental para nuestra salud, incluso para quienes no presentan síntomas directamente relacionados con una mala digestión. La mala masticación, la falta de acidificación gástrica o la baja producción de enzimas digestivas, así como el desequilibrio intestinal (bacterias más patógenas y menos protectoras), provocan diversos trastornos en el organismo, lo que da lugar a problemas que van desde los gases hasta las alergias respiratorias. , cambios dermatológicos y de presión arterial.

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